Roman J. Israel es un abogado que trabaja por $500 a la semana en un pequeño bufete de abogados en Los Ángeles. En su despacho de dos socios, Israel es responsable de preparar escritos, a menudo centrándose en los derechos civiles de sus acusados, mientras que William Jackson, el dueño del bufete y un respetado profesor, se enfoca en las apariciones en el tribunal con las que Israel lucha. Israel ha pasado años desarrollando un escrito que cree que traerá una reforma social al uso injusto de los acuerdos de culpabilidad para inducir a las personas a declararse culpables en el sistema de justicia. Aunque tiene habilidades interpersonales limitadas, Israel tiene una memoria fenomenal y fuertes convicciones personales sobre el significado de la justicia, que ha perseguido a expensas de su familia.